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Arquitectos: Pablo Patriota Arquitetos Associados
- Área: 140 m²
- Año: 2024
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Fotografías:Walter Dias

Descripción enviada por el equipo del proyecto. El punto de partida de Itaara da Serra fue la petición de un amigo para visitar un terreno en la Serra Negra, en la zona rural de Bezerros (PE). El lote había estado abandonado durante años y la vegetación era tan alta que impedía cualquier inspección. Tras varias semanas de limpieza —sin deforestación—, el arquitecto y su acompañante, Cléber, regresaron y descubrieron una gran roca con una vista excepcional orientada al sur, desde donde se divisan Bezerros, Sairé y Gravatá.


Sin un programa definido, la intención inicial era plantear una ocupación de bajo costo que devolviera uso y significado al terreno. Las caminatas por el sitio revelaron claros naturales donde podrían implantarse cuatro pequeñas casas. Aprovechando la fuerte vocación turística de la Serra Negra, se optó por crear unidades para alquiler. Dado que la oferta regional está compuesta mayoritariamente por chalés de un dormitorio, se decidió diseñar casas con dos suites, más adecuadas para familias o grupos de amigos.

El primer desafío del proyecto fue crear un acceso a las casas sin remover ningún árbol. Así surgió un camino sinuoso que atraviesa el terreno desde la entrada, siempre esquivando la vegetación existente. De las cuatro unidades previstas, dos fueron construidas.


El proyecto arquitectónico es deliberadamente simple: dos suites, sala integrada a la cocina gourmet, terraza con lavabo y todos los ambientes orientados hacia el paisaje. La idea central siempre fue permitir que la vista fuera la protagonista. Para implantar las casas se aplicó el mismo principio del camino: encajar las construcciones en las aberturas que la naturaleza ofrecía, sin derribar ningún árbol. La proximidad a la ribera fue una decisión audaz, pero recompensada por la sensación de flotar entre las nubes durante los meses más fríos, cuando la neblina cubre el valle.


Durante la limpieza del terreno se descubrieron grandes cantidades de piedras. Había material suficiente para levantar las paredes de una de las casas, lo que llevó a la creación de dos tipologías distintas: la Casa Azul, construida en piedra, y la Casa Amarilla, en ladrillos encalados. Los colores predominantes se repiten en canaletas, marcos, puertas y azulejos hidráulicos.

Las dos casas cuentan con cubierta de teja cerámica de excelente rendimiento térmico y canaletas metálicas que recogen el agua de lluvia, conducida por conductos hasta las cisternas instaladas bajo los pisos. Los acabados son simples: piso de cemento pulido y azulejo hidráulico como único revestimiento. Cada unidad dispone también de su propia fogata exterior, acogiendo a los huéspedes durante el frío característico de la sierra.


El nombre Itaara da Serra, que significa “piedra alta”, refleja el espíritu del proyecto: una arquitectura que respeta profundamente el sitio y prefiere permanecer en silencio. El lugar ya era hermoso por sí mismo; solo quedaba diseñar buenas casas, interfiriendo lo menos posible.





























